martes, 28 de enero de 2014

PEQUEÑO MANUAL PARA LA VIDA

Cuenta H. Jackson Brown que cuando su hijo se marchó para la universidad le escribió una serie de consejos que luego recogió en su libro "Pequeño manual para la vida". Aquí están algunos de ellos:


Cásate con la persona correcta. De ésta decisión dependerá el 90% de tu felicidad o tu miseria.

Observa el amanecer por lo menos una vez al año.

Estrecha la mano con firmeza, y mira a la gente de frente a los ojos.

Ten un buen equipo de música.

Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis: busca que sea fuerte donde tú eres débil y viceversa.

Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra.

Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa.

Dona sangre todos los años.

Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución.

Maneja coches que no sean muy caros, pero date el gusto de tener una buena casa.

Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión.

No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo. Ya lo sabe.

Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche (dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza).

Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir.

Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado.

Haz lo que creas que sea correcto, sin importar lo que otros piensen.

Dale una mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento en que ya no te dejará hacerlo.

Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas.

Ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades.

Recuerda el viejo proverbio: sin deudas, no hay peligros ni problemas.

No hay nada más difícil que responder a las preguntas de los necios.

Aprende a compartir con los demás y descubre la alegría de ser útil a tu prójimo.

Acude a tus compromisos a tiempo. La puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno.

Confía en la gente, pero cierra tu coche con llave.

Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también 'el gran riesgo'.

Nunca confundas riqueza con éxito.

Gasta menos de lo que ganas.

No pierdas nunca el sentido del humor y aprende a reírte de tus propios defectos.

No esperes que otro sepa lo que quieres si no lo dices.

Aunque tengas una posición holgada, haz que tus hijos paguen parte de sus estudios.

Haz dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que aparezcan en las fotos.

Trata a tus empleados con el mismo respeto con que tratas a tus clientes.

No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta.

No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene.

Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra vida encima de él.

No confundas confort con felicidad.

Nunca compres nada eléctrico en una feria artesanal.

Escucha el doble de lo que hablas (por eso tenemos dos oídos y una sola boca).

Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a amigos.

Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos.

Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.

Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: disfruta mientras lo recorres.

Elogia a tres personas cada día.

Déjales buenas propinas a las camareras que te sirven el desayuno.

Mira a los ojos de las personas.

Di "gracias" con frecuencia.

Di "por favor" con frecuencia.

Trata a la gente como quisieras que trataran.

Haz nuevas amistades, pero cultiva las viejas.

Guarda los secretos.

No pierdas el tiempo aprendiendo las "artimañas del oficio". Mejor aprende el oficio.

Reconoce tus errores.

Sé valiente. Si no lo eres, finge serlo, nadie advierte la diferencia.

Escoge una campaña de beneficiencia en tu comunidad y apóyala generosamente con tiempo y dinero.

Utiliza las tarjetas de crédito solo por comodidad; nunca por el crédito.

No engañes.

Fíjate un año como plazo para leer la biblia de principio a fin.

Nunca prives a nadie de la esperanza; puede ser lo único que una persona posea.

En tus oraciones no pidas cosas, sino sabiduría y valor.

No tomes decisiones cuando estes enojado.

Cuida tu forma fisica.

Nunca hables de negocios en un ascensor. No sabes quien podría escucharte.

No pagues un trabajo hasta que esté concluído.

Sustituye la palabra Problema por la palabra Oportunidad.

Aléjate de las murmuraciones.

Cuídate de quien no tenga nada que perder.

Cuando afrontes una tarea difícil, procede como si fuera imposible fallar.

No aceptes más compromisos de los que puedas cumplir. Aprende a decir "no" con cortesía y presteza.

No esperes que la vida sea justa.

Nunca subestimes el poder del perdón.

No dudes en perder una batalla si ésto te lleva a ganar la guerra.

Con respecto a los muebles y la ropa: si piensas usarlos durante cinco años o más, compra lo q mejor puedas pagar.

Sé atrevido y valiente. Cuando vuelvas la vista atrás, lamentarás máss las cosas que no hayas hecho que aquellas que hiciste.

Olvídate de los comités. Las ideas nuevas, nobles y capaces de cambiar al mundo provienen siempre de una persona que trabaja sola.

Declara la guerra a la basura.

Los músicos callejeros son un tesoro. Detente un momento y escúchalos. Déjales luego un pequeño donativo.

Cuando arrastres un problema grave de salud, busca opinión de tres médicos por lo menos.

No salgas de tu casa tras discutir con tu esposa.

Si obtienes servicios o productos de mala calidad, notifícalo a la persona responsable. Los buenos administradores aprecian la información.

No aplaces las cosas. Haz lo que sea preciso en el momento preciso.

Establece con claridad tus prioridades. Nadie, en su lecho de muerte, ha exclamado: "¡Caramba, si hubiera pasado mas tiempo en la oficina!".

No temas decir "¡No sé!".

No temas decir "Lo siento".

Elabora una lista de 25 cosas que desees experimentar antes de morir. Llévala en tu cartera y consúltala con frecuencia.

Llama por teléfono a tus padres.

Calcula un 15% más al tiempo que crees que va a durar un viaje.

Envíale flores a tu suegra en el cumpleaños de tu esposa.

Que nunca te fotografíen con una copa de licor en tus manos.

Cepíllate los dientes antes de ponerte la corbata.

Tengas la edad que tengas, saluda a tu madre con un abrazo y un beso.

Ora. La oración tiene un poder incalculable.

Trata al portero con la misma amabilidad con que tratas al presidente de la empresa.

Llama por teléfono a tu casa si vas a demorarte más de 20 minutos.

Jamás critiques a tu esposa ni a tus hijos en presencia de otros.

Siempre habrá alguien que vea en ti un ejemplo de conducta. No lo defraudes.

Cuando alguien te formule una pregunta que no deseas contestar, sonríe y di: “¿Por qué lo quieres saber?”

Sé osado. La Providencia ama la osadía y te auxiliará como no te imaginas.

Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.

La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo.

Lucha por ser feliz, y si lo logras dejando algo bueno en la vida de los demás; habrás tenido una vida plena y satisfactoria.



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